
Hoy no existe el poder militar, pero la situación es muy parecida.
También se encuentran paralelos con el 2001:
fuga de capitales, atraso cambiario y recesión.
En los casos anteriores había un vacío político; ahora hay un abuso de poder absoluto.
Pero también reina una absoluta anarquía en las calles de la Ciudad de Buenos Aires, como lo demuestra el acampe en Avenida de Mayo, que el gobierno no se atreve a despejar por temor a que se produzca una muerte.
Hoy es un día clave para saber si el kirchnerismo, con sus prácticas habituales, logra borocotear algunos diputados y no cede autoridades en la Cámara de Diputados o si la oposición se queda con las vicepresidencias y la mayoría de las comisiones.
Si gana el gobierno, el pueblo que votó en contra se desmoralizará y si gana la oposición se descomprimirá la situación.
Pero la foto de ayer de la plana mayor de la UIA y la mesa de enlace con Duhalde muestra el aislamiento en que se encuentra el gobierno.
Además los gobernadores e intendentes no quieren ir con la boleta de uno de los Kirchner como candidato a presidente en el 2001.
La pregunta es cómo se llega al 2011 con la situación descripta anteriormente.
No hay peligro de desestabilización pero sí de estallido social y el mismo puede terminar con un kirchnerismo agonizante económicamente y con un desequilibrio fiscal alarmante e infinanciable.
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