lunes, 8 de febrero de 2010

LOS " DERECHOS HUMANOS ", UNA EXCUSA PARA EL SAQUEO

Entiendo que ni el propio cangrejal de la progresía se ha creído la historia de que los K fueron y son paladines de los “derechos humanos”.

Los datos que se conocen de la plácida y próspera vida que ambos llevaron en Santa Cruz, al amparo del gobierno militar, bastan y sobran para demostrar que al Matrimonio poco le importó la suerte de los militantes montoneros.

Ni un hábeas corpus presentaron ni una gestión hicieron.

Nada de nada, como si el asunto no contase para ellos.

Pero lo cierto es que los K han sabido usar de los “derechos humanos” como una suerte de tabla de salvación, y ante cualquier crítica que se les dirige, ni lerdos ni perezosos, se apresuran a estigmatizar a los osados, acusándolos de que en el fondo lo que buscan es “no seguir con los juicios a los militares”, “conseguir impunidad”, etc. etc.

Hace un tiempo me llegó un correo -el firmante, según trato de recordar, era el periodista Víctor Lapegna- con un título más que esclarecedor:

Ni peronistas, ni montoneros: usureros.

Era el dedo metido en la llaga, revolviéndola.

Una pieza sin desperdicio, de antología, de escrache puro y duro.

Me pregunto entonces, si toda esta falsía y si todo este cinismo de los K no ha servido para tapar su asombroso -exponencial, diría un pedante- crecimiento patrimonial, ya un secreto a voces para todos los argentinos.

(Menos para muchos dirigentes de la oposición, que se hacen los tontos sobre la cuestión).

Y me explico entonces, el interés por tener siempre en funciones al circo “derechohumanista”, excelente tapadera para los latrocinios que los K han cometido a lo largo de estos cinco años.

Y si algún zurdo quiere plantarse, siempre habrá un millonario subsidio para conseguir que desvíe la mirada.

No sé cuánto tiempo más podrán los K seguir alentando esta farsa, pero existen indicios de que se están dando prisa en el saqueo, porque el caso Aerolíneas amenaza con desbordar la copa.

Nunca se conoció en la Argentina un régimen como el de los K, contra natura por donde se lo examine.

Como dije la semana pasada, hay que enojarse para que “esto” llegue a su fin, aunque lo que puede venir después no se diferencie mucho de este calvario.

Habrá que armarse de paciencia y no bajar los brazos.

Quizás algún día Dios se acuerde de nosotros.

Redoblemos las apuestas y fortifiquemos el ánimo, queridos compatriotas de la MID (Minoría de Inasequibles al Desaliento, facción a la que pertenezco desde que mi maestro Rafael Gambra me incorporó a ella.).

Augusto Padilla

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