jueves, 25 de febrero de 2010

LA FRAGATA LIBERTAD, LEJOS DE LA META

Nada menos que en el Bicentenario, el buque escuela dela Armada se ve injustamente rezagado por otros temas

La Fragata Libertad, el buque escuela de la Armada Argentina, inició un nuevo viaje de instrucción.

La travesía quedó reducida a cinco meses y medio de navegación por problemas presupuestarios.

En 2009, por idénticas razones, realizó el viaje de instrucción más corto de la historia.

Este año, además de la instrucción que recibirán los cadetes que se convertirán en oficiales de la Armada, la Fragata participa del Encuentro y Regata Internacional de Grandes Veleros-Velas Sudamérica 2010.

La competencia náutica es uno de los actos conmemorativos del Bicentenario.

Por problemas de presupuesto, la Fragata Libertad deberá abandonar la regata que, curiosamente, ha sido organizada por las armadas de la Argentina y Chile.

Es decir, uno de los países que organizan e invitan a otras armadas de América latina y Europa tiene que desertar en los tramos finales porque no tiene los fondos suficientes para completar el recorrido.

La Fragata Libertad abandonará la contienda náutica en Venezuela.

No tocará los puertos de Santo Domingo y Veracruz, en México.

En un comunicado, el Ministerio de Defensa señaló que "la duración del viaje implica gastos ingentes, y por ello se ha considerado necesario reducir dos meses de los previstos en una propuesta provisional, que estaban destinados a visitar playas del Caribe, como también lo han hecho las armadas de Brasil y Uruguay".

Sin embargo, el parte oficial omite que la Argentina es una de las anfitrionas de este encuentro náutico, el más importante para la región en 200 años.

Desde hace muchos meses, el Gobierno, y más específicamente la presidenta Cristina Kirchner, promociona -como corresponde- la importancia de la celebración del Bicentenario.

Entre las obras y las actividades que se están realizando, figura la remodelación del Palacio del Correo.

Para todos habrá presupuesto.

Lo curioso es que, mientras la opinión pública tomaba conocimiento de la reducción del viaje de instrucción y del abandono obligado de la Fragata Libertad de la regata internacional, el Ministerio del Interior les comunicaba a José María "Pechito" López y a Peter Windsor -dueño de un nuevo equipo de Fórmula 1- la disposición del Gobierno a aportar dos millones de dólares para que el piloto argentino se sume este año a ese circuito internacional.

En cambio, la Fragata Libertad inició la competencia náutica más importante de los últimos tiempos con la penosa consigna de no alcanzar la meta después de culminar, en la primera etapa, en Mar del Plata, en segundo lugar, detrás del buque Cisne Branco, de la Armada de Brasil.

Como ocurrió cuando se anunció la "estatización" de la transmisión de los partidos de fútbol, violentando contratos y asumiendo costos que no han podido ser recuperados, el Gobierno ha optado por la solución que supone que en el futuro le redituará mayor reconocimiento popular y más votos.

Quienes tomaron la decisión de hacer abandonar a la Fragata Libertad no tuvieron en cuenta -o si lo hicieron, poco les importó- que se estaba desairando a otros países que desinteresadamente aportaron sus embarcaciones y a sus gobiernos, que desearon unirse al festejo por el Bicentenario.

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