En un clima conspirativo, Kirchner reaparecerá en cualquier momento
En varias notas venimos informando sobre la salud del ex presidente en la formalidad, pero el verdadero presidente en la realidad, ya que su señora es la directora de relaciones públicas de nuestro país.
Se sabe que dos meses antes del 28 de Junio, Kirchner comenzó a fumar y a tomar whisky nuevamente y en ascenso, sin perder la compostura en ningún momento.
Pero esto habría sido suficiente para agravar sus viejos problema intestinales.
La mayor frecuencia con el cigarrillo le habría producido un problema en los pulmones.
De ahí las dos carpas de oxígeno a las que fue sometido en el Hospital Alemán.
Pero el animal político que es Néstor Kirchner está casi recuperado y se espera que en los próximos días vuelva a ocupar el centro del ring, como lo viene haciendo desde el 25 de mayo del 2003, y mucho más todavía desde el 10 de diciembre del 2007.
Es que la situación social lo obliga al protagonismo.
El conflicto social, donde la izquierda le está disputando el terreno al sindicalismo oficialista, ha puesto en guardia al Frente para la Victoria y a Hugo Moyano.
En la tarde del miércoles pasado, el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se presentó a dar su informe en la Cámara de Diputados y confirmó que para el gobierno existe un plan desestabilizador motorizado por Elisa Carrió, con sus cartas a las embajadas extranjeras, denunciándolo a NCK como un usurpador del poder, que nadie eligió.
También denunció al vicepresidente, Julio Cobos, que está en desacuerdo con toda la política oficial.
Fernández puso como ejemplo a España, en donde, -dijo- no se imaginaría a Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, denunciando a Rodríguez Zapatero como usurpador, y que tampoco se imaginaba a la vicepresidente del PSOE, Teresa Fernández de la Vega, conspirando también contra Rodríguez Zapatero.
El razonamiento de Aníbal Fernández es correcto, pero tampoco podemos imaginar al desaparecido sindicalista americano Jimmy Hoffa parando la distribución del New York Times o el Washington Post.
Ni tampoco que los mandatarios y embajadores extranjeros hablen con Bill Clinton y no con su esposa Hillary, que es la Secretaria de Estado de los Estados Unidos.
El Jefe de Gabinete debe entender la situación argentina.
Tenemos un ex presidente que, aunque su señora fue electa para sucederlo, sigue recibiendo a los gobernadores y gremialistas para hablar sobre los temas fundamentales país.
Y al vicepresidente, cuando lo convocaron a integrar la fórmula presidencial, no le avisaron que iban a iniciar una guerra santa contra el campo y los medios de comunicación.
Volviendo al brote de denuncias de desestabilización que se convirtieron en la obsesión del gobierno.
Esta verborragia coincide con la de sus aliados bolivarianos.
En los últimos días, tanto Hugo Chávez como Evo Morales no paran de denunciar al gobierno de Barak Obama de proyectar golpes de estado contra ellos a través de las fuerzas desplegadas en Colombia
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