domingo, 8 de noviembre de 2009

EL CONFLICTO SOCIAL YA ES INMANEJABLE

El conflicto social ya es inmanejable para el kirchnerato
Corre peligro el plan de Boudou de retorno a los mercados.

La "comandante" Noemí Rial, Viceministra de Trabajo, dijo que los conflictos laborales bajaron en el 2009.
Pero aumentó el conflicto social, por lo cual estamos en juego de palabras ya que,
¿cómo se puede llamar a la toma de la planta Kraft-Terrabusi?
¿Y el conflicto del subte?
¿Y los cortes en la Panamericana, en los accesos del sur y en la capital?
En realidad, existen las dos cosas simultáneas por varias razones:
el PBI está cayendo el 5% anual, la inflación anualizada está en el 17%,
la canasta alimentaria subió el 30%, el desempleo está a más de 11% y en subida exponencial.
Todo esto genera los hechos ya señalados, más el viejo conflicto de los petroleros del sur, los aprietes de los capitanes de barcos por mayores sueldos, los gremios de la salud en Tucumán y la Provincia de BsAs, etc.

Este fenómeno empezó en el segundo semestre del 2008 y se incrementó en el primero de este año, lo que dio como resultado la derrota del 28 Junio en Buenos Aires.
¿Por qué en el segundo y tercer cordón del conurbano el gobierno no sacó la misma ventaja que en las presidenciales de octubre de 2007?
Simplemente por la combinación de recesión con inflación, situación que seguirá hasta fin de año y quizás también en el 2010, en el que la economía sufrirá una caída del 2 al 0%.
Claro está que hay quienes sostienen que el año que viene creceremos entre el 1 y el 3%.
Lo dicen para no crear pánico, pero la verdad es la única realidad, como decía el general, por lo cual, las facultades delegadas, la ley de medios audiovisuales y la división de los partidos opositores no le sirve de gran cosa al gobierno, porque aumentan la pobreza y el desempleo.
Esto nos lleva al estallido social en cualquier momento de aquí al verano o un poco más tarde.
Los sueños de una candidatura K que obtenga 20% en el 2011 son una quimera y mucho más la pretensión de ganar en la primera vuelta.

El gobierno cada día que pasa pierde entre la clase trabajadora formal e informal y la clase media y alta es irrecuperable.
Pero la pérdida de abajo es la explica el renacimiento de los sectores combativos contra el modelo.
Esta oposición a la izquierda, liderada fundamentalmente por el PO y el PCR, acompañada por el MST, PTS y MAS.
En líneas generales son trotskistas, salvo el PCR-CCC-chinoístas, están penetrando en las bases obreras y en los gremios de la salud, inclusive entre los médicos.

La dirigencia gremial está cada vez mas desprestigiada.
Y encima ahora se le agrega la campaña del gobierno, que los convierte en fabricantes industriales de medicamentos truchos, con el fin de no devolverles los 3.500 millones de pesos del Fondo Solidario de Redistribución, dejándolos indefensos ante la movilización de la izquierda.

Hasta la CTA, la organización más poderosa contra la llamada burocracia sindical, tuvo que salir a la calle, para no ser superada por la izquierda.
La CTA -que maneja ATE y los gremios docentes- brilla por su ausencia en estos momentos.
Las huestes de Víctor De Gennaro y Hugo Yasky son así sobrepasadas por los sectores que ganaron la calle.

El problema es que no hay ningún tipo de intermediación entre el gobierno y la izquierda revolucionaria, que crece a expensas de la recesión, la inflación y el desempleo y hace peligrar el posible acceso a los mercados voluntarios de crédito.
El creciente conflicto social sólo se soluciona combatiendo la inflación y el desempleo.
Lo cierto es que el modelo no da para más y es casi imposible regenerar las condiciones para la reactivación.
A los K sólo les queda una capacidad de daño muy grande, pero que no le alcanza para sacarla barata en esta confrontación permanente donde cada vez deja más girones.

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