¡Se lo pregunto porque cada día que pasa, más me confundo!.
¿Ud. está confundida, señora?.
Me dice que no.
¡Debí suponerlo; ahora, a mi natural ingenuidad, deberé agregar la de una inexcusable confusión !.
Y además de ingenuo y confundido, soy un “olvidadizo” que olvidó su condición de abogada…
¿ud. es abogada, señora?.
Lo que ni remotamente puedo llegar a imaginar, es como terminará el tema de Gualeguaychú y aledaños.
¡Ah!; Ud. ahora me dice que tampoco tiene la menor idea.
¡No sabe lo tranquilo que me deja!, ya estaba a punto de sentirme un verdadero “sorete”; ¡perdone!, señora.
¿Sabía que al Néstor y a Ud., les han declarado “personas no gratas en Gualeguaychú?.
¡Sí, claro!, una mancha más poco le hace al tigre y a la tigresa; eso dicen cuando menos. Lo que ocurre señora, es que el Néstor ya está casi “a la par” del Quijote de la Mancha, con perdón de Miguel de Cervantes Saavedra, y Ud., de “Dulcinea”, tiene poco y nada, ¿se da cuenta, señora?.
¡Me dice que deje la Literatura de lado y ponga los pies sobre la tierra!.
¿O sea que lo del mundo virtual fue a parar al mismísimo carajo, señora?.
¡Entiendo, ahí en el carajo “nos vamo a encontrar”…
¡ja!, me hace acordar a parte de los versos del Cambalache de Discepolín…”que allá en el horno se vamo a encontrar”…
¿no dicen así?...bueno; maso, señora, por otra parte, ya me insinuó que me dejara de joder con la literatura, y esto; esto también es literatura, señora, ¡ de la grande!.
Y ¡dígame una cosa, señora!; esto de la querella, ¿lo hace a título personal o en nombre de todos los que pensamos como Ud.?.
Me dice que ese es un tema que todavía tiene que resolver con el Néstor. Le pregunto para saber si me puedo ir haciendo a la idea de que en cualquier momento me “lloverán unos mangos como caídos del cielo”, o cuantos mangos me costará pagar el juicio perdido, ¿me explico?. Ud. me dice que éste tipo de demandas, son de muy larga ejecución y que ésa es la “idea”…seguir alargando “la cosa”.
Entiendo, entiendo, pero…y hablando de “cosas alargadas”, ¿tenemos “mandato para largo?.
Me dice que le ponga todas “las fichas” al 29.
Perdone, señora; el 29, ¿no es el número preferido del Néstor?...se lo pregunto porque es lo que asegura Majul en su libro ,
“El Dueño”, ¿lo leyó?.
¡Ah!; me dice que lo lee todos los días “en vivo y en directo”.
¡No hay nada que hacer, señora, hoy y como siempre, Ud. con todas las luces encendidas!.
¡Seguramente al Néstor le gustan los ñoquis a rabiar; se lo digo por el 29…en la jerga significa “los ñoquis”, ¿me entiende?.
Me dice que no me entiende porque solo juega cuando sabe que tiene todas las de ganar, y todavía no consiguió “meter” a ningún “estrecho” colaborador en Lotería.
¡No sabe todas las enseñanzas que me está dejando en ésta breve pero riquísima charla, señora?.
Se lo agradezco, y genuflexamente me arrodillo a sus pies.
¡Me dice que me levante porque entre tanto “arrastrado”, ya no encuentra por donde pasar!. ¡Ahora entiendo lo del helicóptero, señora!.
¿No debería hacer pública ésta circunstancia para evitar que la gente siga hablando pelotudeces?.
Me dice que cuantas más pelotudeces diga la gente y más pelotudamente se comporte, mejor para Ud..
¡Brillante, señora, realmente brillante lo suyo!
Ahora la dejo, porque mañana cumple años una tía de mi señora que actualmente vive en Durazno, Uruguay, y la idea es ir en coche.
Ocurre que tengo familia numerosa, señora; somos la Lilita que es mi señora, yo, los cinco nenes y mi suegra, la mamá de la Lilita.
¡Imagínese!; viajar en avión nos sale un fortuna y a mi suegra le genera vértigo viajar en Buquebús, de modo que no me queda otra alternativa. ¡Hablando de alternativas, señora!,
¿Ud no tiene algún infiltrado amigo entre los ambientalistas que me pueda dar una manito para cruzar?.
¡No, señora!; de ninguna manera pretendo ponerla en un compromiso; lo que ocurre es que no sé si me voy a volver a encontrar con “el gordito ese”, que por unos pocos mangos me levantó la barrera.
¡Además el gordo estaba solo, a modo de “Imaginaria”, ¿me entiende, señora?.
Me dice que no me entiende. Le explico; cuando menos antes, “Imaginaria” era el soldado del ejército que quedaba “apostado” lejos del cuartel, velando por el sueño de sus camaradas y alertando en caso de “ataque”.
¡Me dice que eso le importa tres carajos!. ¡No se altere, señora!...ya me las arreglaré solo. ¡Tá pronto, señora!
Ricardo Jorge Pareja
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