Quienes desde hace tiempo observamos y denunciamos con profunda preocupación el desarrollo de los acontecimientos nacionales, advertimos como el disociador matrimonio gobernante va profundizando su ataque a las Instituciones de la Nación, con el propósito de quedarse en el Gobierno y así no poder ser juzgados por la inmensa cantidad de delitos de ellos y sus testaferros que les han permitido enriquecerse a niveles impresionantes, el 930% en 7 años según sus propias declaraciones.
Dentro de esta política de desunión nacional, primero fueron las fuerzas armadas (hoy desmanteladas), luego fue el campo, los periodistas y el grupo Clarín, los políticos (destituyentes), ahora la Iglesia.
¿Quiénes siguen?
La penetración de los 5 carteles más poderosos del mundo, con su tráfico de drogas y personas.
El incremento de la inseguridad personal y jurídica, con miles de muertos por año y más de 2.000.000 de asaltos.
La criminalidad ha superado todos los límites.
Han desarrollado el juego (con sus consecuencias de adicciones) a punto tal que Cristóbal López tiene cerca de 10.000 máquinas tragamonedas en todo el país que le permiten ganar U$S. 1.000.000 por día.
Quienes no entiendan este proceso, que he denunciado en forma reiterada ante organismos internacionales como la Comisión Inter Americana de Derechos, y como lo ha hecho Horacio Calderón, viven al margen del país y sus problemas de fondo.
Nos siguen vendiendo los “problemas” de Zulma Lobato, Florencia de la Vega y el chocolatinero. Mientras el país se hunde en el fango.
De estar entre las 10 naciones más desarrolladas del mundo ahora peleamos el puesto 159.
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Edgardo Civit Evans
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